- Alguien dijo que en la percepción visual nunca hubo una mirada individual -siempre la hay- y pasiva, siempre ha sido abierta, activa y compartida -no se puede compartir si no ha sido antes sólo tuyo-, además de comunicativa.
- Y añade lo de que en la mirada en que miro me manifiesto, expreso y actúo. En la medida en que contemplo, exteriorizo, me vuelco, tomo parte. Mediante la activación de la audiencia y la manifestación de sus capacidades, se desvanece su separación de la obra artística, lo que supone una experiencia comulgante del arte.
- Talmente cierto si nos encontramos con la obra del sevillano LEÓN, que aviva un imaginario muy concreto y simbólico, excitando, a través de una imaginería de líneas barrocas, una constelación de vivencias, de realidades coloreadas con el pulso de un pensamiento embrionario, agresivo, gesticulante y metafórico.
Esa contradicción que tiraniza
la forma del pasado fue el olvido:
cuanto queda y permanece ardiendo.
(José Ramón Ripoll)