Un paseo por la obra de grandes artistas.

domingo, 10 de abril de 2016

ALEXANDRA BIRCKEN (1967) / ES MI IRONÍA


  •  Varios autores ya han manejado el concepto de que la creación puede captar cualquier material que excite la mente del artista. El interés del mismo es la única limitación al uso del material, y esta limitación no es restrictiva.


  •  Aunque se nos machaca -falsamente- con que no es posible comentar sobre arte contemporáneo si no es con un discurso especializado que exige términos de interpretación de otro signo, todos estamos legitimados para correr el riesgo de situarnos ante la obra de la alemana BIRCKEN y ofrecer una mínima evaluación. 


  •  Y si, por una parte, no sufrimos ninguna alteración novedosa respecto al reciclaje de materiales que utiliza para constituir un lenguaje estético reflejo de una simbiosis entre sociedad, derroche, pobreza y condición humana, por otro, hemos de penetrar en la disposición de un mensaje que no elude lo imaginativo y una sugerente puesta en escena. 

Soy el Gran-Todo; y sin embargo, por un lado, sigo siendo inferior a los hombres a quienes creé  con un poco de arena.
(Los Cantos de Maldoror)